Objeto e

Durante los últimos meses el teclado de mi laptop ha comenzado a fallar en la tecla que corresponde a la letra “e”. En ocasiones debo intentarlo varias veces antes de que el carácter se haga visible en la página. Debo revisar mis documentos minuciosamente y aún así, a menudo se escapa alguna palabra sin la necesaria vocal. Cuando decidí escribir del objeto e no tuve en cuenta que había escogido la letra más difícil de teclear en mi computadora. Sin embargo eso me hace pensar que mi experiencia más común con la “e” tiene que ver con lo elusivo, lo que no se deja fijar fácilmente, lo que no se entrega a la primera oportunidad. De hecho, no me puedo referir “exactamente” al objeto e porque la “e” no me lo permite.
Si la letra “e” es el objeto e de mi escritura, me pregunto cuál será el objeto e de la fotografía. El primer impulso es tratarlo como una alusión al objeto “a” lacaniano: objeto del deseo u objeto atravesado por la ruta de un deseo que se dirige más allá del objeto mismo. En este caso, más que objeto fotografiado es objeto elegido. Lo que debería permanecer como enigma es el origen de la elección, aún en los casos en que parece trivial, puesto que ese origen pudiera anteceder a la conciencia misma de la elección.
Generalmente nos hacemos la pregunta de cómo fotografiar, pero relegamos la cuestión de por qué fotografiar y, sobre todo, por qué fotografiar eso. Se supone que fotografiamos el objeto porque es interesante o insólito, porque lo consideramos estéticamente activo o fotogénico o porque su aparición nos ha sacudido hasta el punto de querer registrarla (o querer poseerlo). También está el caso, en realidad más habitual, de que fotografiemos sólo para registrar un momento e involucrar nuestro cuerpo en ese registro. Es un acto absorto en el instante. Una suerte de fotografía “como fin en sí mismo”. De ahí resultan fotografías que no sólo fijan, sino en las que nos fijamos. Aunque compartimos profusamente ese tipo de fotografías (sobre todo en esta era de redes sociales), en realidad sólo para nosotros y unos pocos allegados son importantes.
Hacer “like” en la fotografía de alguien en una red social, es como decir “comparto tu sentimiento”. Por eso no se ve tan estrafalario poner like bajo la noticia de una muerte u otra mala nueva. En fin de cuentas, “comparto tu sentimiento” es una fórmula de pésame.
Posiblemente el producir recuerdos para el futuro, o lo que es igual: producir pasado, sea una motivación menor para fotografiar, ya que damos por sentado que el objeto fotográfico estará expuesto al tiempo y cumplirá su función indefectiblemente. No necesitamos fotografías para recordar, ni para olvidar. Lo que activamos en nuestra relación con el aparato fotográfico es, primero que nada, una relación con el presente. En todo caso yo-recuerdo-ahora.
La revelación (o la aparición) sólo tiene lugar en el presente o al menos como algo que te obliga a estar aquí y ahora. Como cuando se revela el papel fotográfico en el cuarto oscuro y aparece la imagen; uno experimenta una especie de “inmersión” en el presente.
En la práctica fotográfica, el objeto encontrado pasa a ser objeto elegido, pero me pregunto si lo que a menudo consideramos como una elección del fotógrafo no es ante todo una revelación del objeto. No diré que el objeto elige a la fotografía, sino que la fotografía es una respuesta a la revelación del objeto. No siempre la fotografía es parte de esa revelación, pero siempre la revelación es parte del proceso fotográfico.
Estoy usando la letra e de mi laptop como la metáfora de un objeto impermanente, resistente a mi voluntad, a su función en el aparato y a su lugar en el lenguaje. Esa misma impermanencia la podemos encontrar en ciertos objetos cuando están frente a la cámara fotográfica.
Tal vez en mi caso la dificultad para escribir la e es equivalente a la dificultad para describir el objetoe como objeto fotográfico o como objeto de la fotografía. Pero si en la operación de mi computadora la e puede comportarse como una deficiencia que genera un vacío o una falta, ¿cómo podemos saber si falta algo en una fotografía? ¿Qué es lo que puede faltar estando al mismo tiempo presente? El objetoe es un objeto externo, pero no externo al acto fotográfico, sino a su lugar y su propia circunstancia original. El objeto e es un objeto exiliado, extraído, extrañado por el acto fotográfico.
