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René Torres: Juegos de luz



Juegos de luz

René Torres

Instalación, fotografía y video

2017

René Torres comenzó este proyecto en 2015, como una forma de investigación visual, concentrada en la presencia de los dispositivos electrónicos contemporáneos en la comunicación interpersonal y en el espacio doméstico. El proyecto se ha ido desarrollando durante dos años, derivando en varias líneas de trabajo: una serie de retratos de René y su pareja interactuando mediante diversos dispositivos en el espacio íntimo y una serie de vídeos y fotografías con movimiento que se presentan en formato de proyecciones o como pequeñas instalaciones. La primera serie parece más convencional, pero su normalidad es engañosa. Las acciones que realizan los sujetos pueden ser interpretadas como performances e intervenciones, centradas en la transmisión y la proyección de imágenes en tiempo real que generan una distancia psicológica entre los cuerpos que comparten el mismo espacio, mientras se usan las representaciones del cuerpo para ocupar ese espacio.

El teléfono celular permite acceder a rincones y lugares de la casa que generalmente están ocultos y también a partes del cuerpo que están bajo la ropa. La conexión de la cámara del teléfono o de la web cam con el proyector o con la televisión permite invadir el espacio con esas imágenes. En la primera línea de trabajo eso es lo que es fotografiado: la convivencia entre el cuerpo, las pantallas y las proyecciones, lo que le da al cuerpo una especie de ubicuidad y carga a la impresión fotográfica de una tensión generada por el origen performático de la representación; tensión entre la imagen estática y su origen dinámico o tensión entre el cuerpo real y su imagen.

En la segunda variante la performance no deriva en una imagen estática, sino que es reproducida mediante proyección de video o -y estas son algunas de las piezas más complejas en lo que respecta a una crítica del lenguaje fotográfico- que debe ser vista y puede ser manipulada directamente en la pantalla del dispositivo. Es el caso de las imágenes de la serie Estudio de cuerpo en movimiento que fueron tomadas mediante Live Photo, una aplicación que permite incluir en la fotografía una fracción de tiempo (alrededor de 1.5 segundos) anterior y otro tanto posterior a la toma fotográfica, de manera que la foto puede ser vista e impresa como imagen fija o puede ser reproducida en el mismo dispositivo como imagen cinética. Para que la imagen se mueva se requiere la acción del espectador quien debe tocar la pantalla con sus dedos, así que la pieza involucra la transgresión de un doble tabú: el contacto físico con la obra de arte y el contacto con el cuerpo del otro.

Con este desplazamiento entre la impresión fotográfica y la pantalla, los términos “juegos de luz” dejan de referirse a la tradicional concepción de la fotografía como resultado de la luz que reflejan los objetos y empiezan a referirse a la luz que reflejan las pantallas electrónicas. Es una evidencia de cómo se ha anquilosado el imaginario de la fotografía como “pincel de luz”. La idea de juego, por demás alude a las implicaciones de erotismo que tiene este proyecto. El acto fotográfico es representado como un juego erótico en el que los aparatos se integran como intermediarios, a veces como sustitutos, generando un ámbito de fantasía y de simulacros.

Esta exposición abre el ciclo Narrativo/Performativo, con los resultados del Laboratorio de proyectos de Página en blando, 2016-2017. Lo que aportó René Torres a ese programa fue una interpretación de lo performativo más allá del hecho de realizar acciones para la cámara, dándole un sentido más complejo al término, en tanto representación del acto fotográfico y en tanto “acción”: la fotografía como gesto, como forma de participación o como forma de intervención, tanto en el espacio como en el propio cuerpo, o en el espacio entre los cuerpos.



René Torres tiene una licenciatura en Psicología por la Universidad Veracruzana y se formó como fotógrafo en la Activa de Fotografía de Cuernavaca. Considera a Eric Jervaise como su tutor, a quien debe su gusto por la experimentación. En diferentes diplomados ha tomado cursos con Ana Quiroz, Gerardo Montiel, Yolanda Andrade, Alfredo de Stéfano, Rogelio Cuéllar y Edgar Ladrón de Guevara, entre otros maestros mexicanos. Fue alumno de Página en blando en las dos primeras ediciones del Laboratorio de proyectos.


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