Técnicas de colaboración en el arte de Marianna Dellekamp
Actualizado: 4 ene 2022
Las técnicas de colaboración son propias del arte contemporáneo y se corresponden con una vocación social y solidaria y un rechazo a la construcción del autor como genio individual. Su aplicación en el campo de la fotografía implica una revisión del lugar de la imagen en los procesos artísticos, pérdida de protagonismo de lo fotográfico, desplazamiento y encuentro con otras técnicas y procesos: investigación, interactividad, trabajo de campo, coautoría e intervención, entre otras.

En “Antropología del cuerpo moderno” Dellekamp fotografió a varias mujeres y alteró sus fotografías siguiendo las instrucciones que ellas mismas daban al ser cuestionadas sobre qué partes de sus cuerpos les gustaría modificar o mejorar.
En general estas prácticas, que generan acciones y reacciones del público, llegan incluso a disolver la distancia entre el público y la obra --entendida esta última como proceso y como proyecto, más que como objeto definitivo-- y también entre el público y el autor, en tanto productor que deviene co-productor, a veces coordinador, instructor o director. El término “instructor” también nos llamará la atención sobre dos temas: por un lado, la función del artista como alguien que, al menos en un momento particular del proyecto, se limita a dar instrucciones que los colaboradores deben seguir o interpretar (algo que podíamos encontrar en las prácticas de Fluxus o algunas propuestas conceptualistas), y en segundo lugar nos llama la atención sobre la componente pedagógica que portan esos procesos que a veces incluyen formatos docentes, como el de taller, por ejemplo, y que siempre están abiertos al intercambio de información y de saberes.
Otra cosa que se disuelve en este contexto es el límite entre los diferentes géneros artísticos. Abordar métodos y técnicas de colaboración en el arte contemporáneo obliga a salirse de la mentalidad del pintor, el escultor o el fotógrafo y abrirse a procesos eclécticos y experiencias multidisciplinarias. La coherencia entre estas prácticas y el sentido contestatario del arte contemporáneo se ve reforzada precisamente por este giro interdisciplinario o in-disciplinario. El término in-disciplinario es más rico porque reúne en una sola imagen lo que tiene que ver con las intersecciones entre diferentes disciplinas y lo que tiene que ver con una vocación por la desobediencia y la resistencia.

Los nidos fueron enviados por personas que respondieron a una convocatoria publicada en redes sociales. En este proyecto la colaboración es interpretada como una metáfora de esa modalidad de trabajo comunitario que desde la tradición prehispánica recibió el nombre de tequio.
En la obra de Marianna Dellekamp tienen un lugar relevante este tipo de proyectos. De hecho, a estas alturas sería un poco ingenuo presentarla como una fotógrafa. Su relación con el archivo (huella, documento o colección) se inclina hacia lo filosófico, mientras su relación con el arte se inclina hacia lo pragmático. Para cualquiera de esas posturas es insuficiente la fotografía.

Muchos de estos proyectos tienen como centro al objeto, intervenido, al menos en su función y su subjetividad, y re-significado por el tránsito, el trasiego y la re-localización, dinámicas en las que se hacen más ricos los intercambios entre individualidad y espacio social.