Los alumnos de Página en blando comenzaron el año 2024 con un ciclo de presentaciones que resumía el sesgo paradójico y crítico de la mirada contemporánea. Entelequia, fue la suma de una presentación colectiva y tres presentaciones individuales, con ejercicios producidos por algunos de los participantes durante el programa docente del 2023. A todos ellos agradecemos sinceramente su cercanía y su confianza en el proyecto pedagógico de Página en blando.
Lo que caracterizó a las obras de Entelequia fue su aire íntimo, o mejor, su relación íntima con la materia. Haciendo un juego de palabras pudiéramos decir que se produjo una estética de la intimidad, mediante la vivencia íntima de la experiencia estética. Si con algo se comprometieron los alumnos y las alumnas de Página en blando es con la verdad no verificable de la experiencia estética y su manera de convocar una combinación de inteligencia y sensibilidad, que fructificó en obras intensas y conmovedoras.
Si reunimos las dos acepciones de “entelequia” que usualmente reconocemos, pudiéramos llegar a una graciosa contradicción: con “entelequia” solemos referirnos a algo irreal, improbable, cuya definición es insostenible desde la razón, la ciencia o la experiencia. En ese contexto la entelequia puede ser una fantasmagoría (el fantasma de un objeto o el fantasma de un concepto, incluso el fantasma de una teoría o la sombra de un saber).
Desde el pensamiento de Aristóteles la entelequia se ubica, entre la contradicción potencia-acto, bien del lado del acto, como fin que realiza una potencia o. bien como potencia destinada a realizarse. El objeto ya está destinado a la imagen, se realiza en la imagen, es, de antemano, imagen. La imagen es un fin en sí mismo. Toda imagen es una entelequia, tanto por su esquiva naturaleza como por lo confuso de su objeto, también atrapado en la imaginación.
