Adriana Estivill
Enclosed
Este proyecto parte de una reflexión sobre los límites impuestos a la mujer a través del tiempo que han logrado sostener la sistemática subordinación e invisibilización de la figura femenina. Buscando entender las raíces de esta desvalorización, encuentro en la obra “Emile” de Jean Jacques Rousseau una de las descripciones más literales de la ideología que ha reforzado este fenómeno (escritas por quien afirmaba que los bienes más preciados son la libertad y la igualdad). Es a partir de ese texto que surge el cuestionamiento que me lleva a contraponer representaciones y acciones del presente.
Siendo la restricción y limitación el tema central de este proyecto, utilizo la puerta como símbolo de prohibición y clausura, evoco los límites físicos, emocionales y sociales que encierran a la mujer en espacios muy definidos y estereotipados. Hablo de la libertad coartada, la delimitación de campos de acción, así como del propio abandono.
La obra coloca a mujeres de dos épocas que constituyen un espejo y un contraste sobre la postura femenina ante estas barreras y límites impuestos. Por un lado, tenemos a la mujer del siglo XVIII, época en que fue escrito Emile, como concepto de mujer “ideal” creada por la visión de un hombre. Aquí vemos a la mujer descrita en el texto de Rousseau cristalizada físicamente en pinturas al óleo hechas por autores masculinos, la mujer desde la mirada del hombre.
Contraponiendo la mirada femenina hacia la mujer, abro el espacio y la exposición del cuerpo femenino produciendo retratos donde la interrogante es ¿hasta dónde permanecen los condicionamientos recibidos por siglos? ¿Qué tanto de esas mujeres del pasado seguimos viendo hoy en día? La puerta cerrada como símbolo inicia entonces un diálogo con la obra de Sartre “Huis Clos” (A Puerta Cerrada). “La puerta se abre de repente, pero Garcin no se va, e Inés dice: “¿Quién entonces?... ¿Quién nos retiene?” J.P. Sartre