Algunas cosas quedan (2014) es una instalación multimedia en la que Aldo Guerra reconstruye el momento del suicidio de Oscar Arturo Romero Guevara, quien se lanzó desde lo alto de una torre de electricidad en la ciudad de Tijuana, el 14 de febrero de 2014. Aldo Guerra se representa a sí mismo en el lugar que ocupó el suicida y documenta la acción por medio del video. Las cinco horas que dura el performance equivalen a las cinco horas que pasó Oscar sobre la torre antes de dejarse caer. Son las últimas cinco horas de la vida de un hombre y Aldo Guerra las vive como si fueran las últimas cinco horas de su propia vida. ¿Qué hacer con ese tiempo? El suicida grita, reclama, amenaza, contesta. El artista escribe. Relata su historia. Vuelve a su infancia. Describe las cosas minuciosamente, como si recordar fuera lo más importante en esos momentos, como si los detalles triviales se hubieran vuelto cuestión de vida o muerte. Escribe en un pequeño cuaderno y anota la hora en cada hoja. Va dejando constancia del paso de este tiempo -tiempo de la escritura- mientras la escritura se refiere a un tiempo pasado que se va acercando cada vez más al presente. En algún punto hay un giro; el texto ya no habla de las casas, las calles o la ciudad, sino del cuerpo. Y entonces las voces se confunden. Ya no sabemos exactamente de cuál cuerpo se está hablando. Y la escritura se va volviendo más impaciente, más nerviosa, como anticipándose al final. En realidad en esta obra la escritura constituye el verdadero acto performático. Las hojas del cuaderno, y sus transcripciones, se despliegan en la pared como registros, pero también como dispositivos para involucrar el cuerpo del espectador en el performance, por medio de la lectura.

Aldo Guerra (Monterrey, 1978) ha sido alumno de Página en blando en diversos talleres. Su obra Algunas cosas quedan constituye su tesis para el grado de Maestro en producción artística en la Universidad de California. Es una obra conmovedora e inteligente, que hace un uso equilibrado de los medios y del espacio y con la que el autor da cuenta de una potente combinación entre sensibilidad y responsabilidad social. 

 

Juan Antonio Molina